“Rosario en ese entonces era una de las
ciudades con mayor cantidad de cines”
ENTREVISTA: DANIEL GRECCO
La
historia de vida de Daniel Grecco, es sin duda, una vida dedicada al cine: a
los 10 años ya trabajaba como acomodador y bombonera en cine de la ciudad de
Luján.
A
los 13, aprendió el oficio de operador, luego se especializó en la parte de los
sistemas de proyección, sus estudios de electrotécnica lo ayudaron a conocer a
fondo la parte técnica de los mismos (proyección, sonidos, etc.)... y nunca más
se separó de su mejor compañía: el cine.
Desde
el año 2000 hace radio en la ciudad con distintos programas de su autoría:
“Proyectando Ilusiones” en FM Milenium (94.1), dedicado al cine, “La Radio, La
Música y las Estrellas” programa musical por AM 680 LT3 de Rosario, “Luz Radio
Acción” de espectáculos en Cristal
Classic 101.3 y en Cable Hogar Canal 4, el programa “Todo Pasa Todo Queda”
dedicado al cine, TV. y la Radio, con su amigo personal Jorge Debiazzi.
Luego
de más de 50 años en la profesión, este año presentó su libro Proyectando
Ilusiones que de forma amena, cuenta la
historia del cine en general y de los cines de Rosario y de su gente, en
particular. Grecco nos relata lo que leyó en libros, lo que escuchó
informalmente o aquello que le contaron los memoriosos y sus propias
experiencias, un trabajo en y con el cine durante 50 años.
¿Qué
particularidades tiene la década del 50 respecto al cine en la ciudad?
D.G- El cine de
los 50 era todo un auge. Todavía la televisión estaba muy en pañales, era una época
de cine maravillosa, cuando la gente al no haber televisión se volcaba
básicamente al cine. Fue una época de oro.
¿Cuántas
salas de cine había por esos años?
D.G-Llegando a
la década del 60 Rosario llega a tener 60 cines, o sea que desde los 50 se venían
sumando salas, estamos hablando de cines parroquiales, cines al aire libre. La mayoría
de los operadores que conocí eran de los años 30 de modo que en los 50 tenían
veintipico de años y eran los nuevos operadores que habían superado el cine
mudo, el cual se supera entre los años
27 y 29, casi en los 30 y después viene una época de oro, fue la época de oro
de Metro.
¿En que
contexto internacional se produce este auge cinematográfico?
D.G- En Estados
Unidos en los 50, iban 10 millones de espectadores por semana y cuando sale la
televisión se cae a la mitad. Sin embargo, acá en Argentina el auge de la
televisión se da después casi en los 60 por ello se extiende hasta dicho
periodo el apogeo del cine.
¿Qué características tiene la programación de los
cines durante dicho periodo?¿Qué lugar ocupan las producciones nacionales?
D.G- La época de Perón
representa una época muy buena para las producciones locales, aunque muchos
grandes artistas locales tuvieron que irse como Mimi Marshal o Libertad
Lamarque. No obstante había una buena producción, se hacían muchas películas
entre los 40 y los 50. Igualmente, yo opino que el cine nacional no necesita protección,
cuando la producción es buena la gente la va a ver.
¿Había diferencias en la programación
según la ubicación de las salas?
D.G- Las primeras
películas se estrenaban en el centro. Había tres circuitos comerciales en y dos
circuitos independientes en el centro. Cuando a las películas les sacaban el
jugo en esa zona, pasaban a los barrios donde el precio variaba.
¿Había
películas de distintos géneros para elegir o eran más bien reducidas las
propuestas?
El cine del
barrio tenia populares-nacionales, populares de acción, de películas románticas;
y viernes sábado y domingo daban las películas que ya estaban en cartelera en
los cines del centro. Los cines de barrio presentaban un popurri de películas y
eso hacia la oferta variada para que la gente fuera varios días en la semana.
¿Cómo era el
circuito comercial de las películas en relación a nuestra ciudad?
D.G- Las
películas que llegaban de Buenos Aires acá se estrenaban posiblemente de
acuerdo al éxito que tenían. No había muchas copias; hoy largan 300 copias en
esa época si largaban 20 copias era mucho. Primero le sacaban el jugo en Buenos
Aires y después llegaban a Rosario y así sucesivamente iban pasando a los
pueblos. Desde Rosario se despachaban al interior no menos de 500 o 600 bolsas de
películas para los cines de Casilda, San Lorenzo y Cañada de Gomez que tenían
entre tres y cinco cines; y al resto de los pueblo que tenían uno o dos, que
eran por lo general la sociedad italiana o española o algún club. En correa,
por ejemplo estaba la sociedad italiana y los clubes; localidades muy
pequeñitas que ya tenían cine.
¿Qué lugar
ocupaba Rosario en cuanto al incremento de cines a nivel nacional?
D.G- Rosario en
ese entonces era la segunda ciudad en cuanto a cantidad de cines, hoy en día Córdoba
ocupa ese lugar porque tiene más espectadores. Esta expansión del cine se daba
en todo el país: Rosario 60 cines, Córdoba 50, Tucumán veinte salas. La
sociedad exhibidora que integraba a varias empresas, tenía asociaciones en
distintas regiones nacionales.
¿Era
accesible ir al cine?
D.G- Había un
empresario que fue el presidente de la Sociedad Exhibidora Rosarina y fue uno
de los titulares del monumental, decía que valía 1 peso el lustre de zapatos, 1
peso el café y 1 peso la entrada al cine; él lo comparaba así. Venir al centro
implicaba menos transporte, te cambiabas la ropa y hasta te peinaban con
gomina, mientras que en el barrio ibas de entre casa y muchos clientes de cine
pagaban la entrada una vez al mes o cada dos meses porque te anotaban pero eran
los cines donde los dueños eran muy conocidos
¿Cuáles eran los consumos culturales en ese período?
D.G- En esa época
se consumía todo. El diario era un auge, hoy en día el diario de esta mañana a
las doce del mediodía ya es viejo. Por esos años se consumían también revistas vinculadas al cine. Había una gran
revista que se llamaba “El Heraldo del cinematografista” que es lo que hoy
seria cines argentinos.com, aunque a diferencia de este sitio que habla mucho
de Buenos Aires, ésta hacía mención de todo el país.
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